La pérdida de mi perro Max - Por Magu Contini 2° "A"

La pérdida de mi perro Max

El año pasado, en el mes de febrero, me fui de vacaciones con mis abuelos al Cusco. Habíamos alquilado una casa para pasar todo el verano y disfrutar de lindos momentos juntos.

Dos días después decidimos ir a Machu Picchu. Antes de ir mi abuelo ordenó unas maletas, mientras yo buscaba mi cámara para poder tomar fotos impresionantes, mi abuela se alistaba y colocaba en su bolsa unas frutas del lugar para comer en el camino.

Todos estábamos muy  emocionados, tanto así que al salir a mi abuelo se le olvidó cerrar la puerta de la casa. Cuando volvimos pensábamos que nos habían robado, pero afortunadamente no fue así.

Entramos y nos dimos cuenta que mi perro Max no estaba. Todos preocupados lo buscamos por toda la casa pero no lo encontramos, mi abuelo empezó a llorar ya que ese perro era muy viejito y era su compañero de vida. Por otro lado mi abuela llamó a mi mamá para contarle lo sucedido, yo salí por las calles para ver si lo podía encontrar. Recorrí 8 cuadras y cuando me di por vencida apareció una señora, quien en sus brazos traía  a mi perro Max.  Amablemente me dijo que ella era mi vecina y cuando vio a Max solo por las calles lo recogió. Entonces le agradecí y me fui de regreso a casa junto a Max. Cuando mis abuelos me vieron llegar con él, se pusieron muy contentos y más aún de verlo que no le había pasado nada malo.

Desde aquella vez, mi abuelo revisa dos veces la puerta para ver si la cerró bien.

                                                        María Guadalupe Contini Mendoza.

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