Hace mucho tiempo, más o menos cinco años mis padres y yo viajamos a Montero. Este es un lugar muy bonito con ríos, mucho vegetación y todo lo más bonito de la naturaleza. Cuando llegamos nos hospedamos en una casa muy grande. Ahí vivía uno de nuestros familiares, quien nos acogía con mucho cariño. Sin embargo, como yo era muy pequeñita, me da temor la casa por ser demasiado grande.
En uno de esos días mi papá y yo decidimos ir a caminar lejos de la casa y comenzar a contarnos cosas de terror. Disfrutando de estos relatos, se nos pasó la hora y aún con más mala suerte, nos desviamos, sin darnos cuenta, de camino. Cuando mi padre se dio cuenta de los sucedido intentó regresar al camino correcto, pero no sabía cómo hacerlo. Se puso a pensar la manera de llegar a casa pero era de noche y en el campo no hay luz. La oscuridad, impedía aún más que mi progenitor y yo pudiéramos retomar el camino acertado para retornar.
Eran ya las 8 de la noche, entonces mi papá decidió tomar una ruta que no conocía muy bien, pero nos fuimos por ahí. En eso al fondo de los árboles veo una sombra que me miraba nos miraba fijamente a mi papá y a mí. Me asusté mucho, Tanto que no podía hablar. Se vino a mi mente que por ese camino había un cementerio pequeño. Eso fue peor, porque el miedo se terminó apoderado totalmente de mí. Solo pensé en llorar, fue horrible ese momento. Jamás voy a poder olvidar a esa persona o sombra o no sé qué fue lo que vi y me miraba.
Extraordinadrio.
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